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Bastión Digital
21/08/15

Estrategia educativa

Más allá del color partidario del próximo gobierno, la Argentina necesita una política educativa consensuada de largo plazo. Algunos de los temas que debería contemplar esta estrategia es repensar el sistema de trabajo y salarial de los docentes, la valorización de la escuela técnica, modificar los contenidos para adaptarlos a las nuevas tecnologías, e integrar las universidades públicas y privadas de todo el país

Por Andrés Hatum
Las pruebas PISA se prefieren ignorar desde el poder pero dan cuenta de una trágica realidad: la Argentina pierde terreno regional e internacional en el sistema educativo, un sistema que supo ser de los mejores del mundo. No solo el sistema público ha caído, el privado también. Todos, ricos y pobres están en el mismo círculo de degradación educativa. En las pruebas PISA 2012, a las escuelas de nivel socioeconómico más alto de la Argentina les fue igual que a las de nivel socioeconómico más bajo de Italia, Estados Unidos y el país promedio de la OCDE.

Por supuesto que hay argumentos para todos los gustos y muchas veces desde el poder se alega que ha habido un crecimiento en los últimos años en la matricula, ergo convirtiendo a la escuela en un lugar más inclusivo. ¿Inclusivo para qué? Pero esto también es una falacia. El crecimiento de la matrícula post-2003 se explica por el crecimiento de la matrícula en la escuela privada.  

No solo la Argentina no matricula más alumnos que en el resto de la región (la región oscila entre el 70 y 80%) sino que tiene graves problemas de retención. De hecho el país retiene a muchos menos alumnos que el resto de los países latinoamericanos. Según la OCDE, la tasa de graduación secundaria en la Argentina es 41%, comparada con 84% en Chile.

A nivel universitario también hay problemas. Los alumnos que llegan de la secundaria a la universidad tienen serios problemas formativos. El análisis de texto les es esquivo y el matemático imposible. Con motivo de los 30 años del CBC están analizando cursos optativos de lectoescritura. Sumemos a esto las dificultades que tienen las empresas y organizaciones en contratar carreras técnicas como ingenieros, ingenieros o licenciados en sistemas, geólogos o geofísicos para poner algunos ejemplos.

En la región, sin embargo, se está trabajando para cambiar este paradigma de retraso educativo Brasil, por ejemplo, ha definido invertir 1650 millones de dólares para enviar a más de 100.000 brasileños a estudiar al exterior a las mejores universidades del mundo para especializarse en temas como biotecnología, ciencias del océano e ingeniería en petróleo, todas especialidades consideradas esenciales para el futuro del país. Chile ha seguido una política similar para estudiantes de ciencias económicas y finanzas que ha enviado en la última década a realizar doctorados a las mejores universidades.

Ya no se trata del color partidario del próximo gobierno, sino de poder contar con una política educativa de largo plazo que tenga una estrategia clara, consensuada entre los principales partidos políticos y respetarla a lo largo del tiempo.

Una estrategia y política educativa en este sentido tendría que debatir y tener en cuenta los siguientes temas:

Precarización del trabajo del profesor: El sistema inglés que muchos argentinos valorizan enviando a sus hijos a escuelas bilingües, se caracterizó por permitir que el docente esté afectado a un solo lugar de trabajo. Esto en Argentina no sería un problema tan grave en la escuela primaria donde los docentes están un turno completo con los chicos. Pero en la escuela secundaria es el síntoma de la catástrofe. Docentes que saltan de una escuela a otra con muchos cursos, cientos de alumnos, horas de viaje. Imposible pedirles a esos docentes que estudien más (muchos los hacen), renueven material, se focalicen en una enseñanza personalizada. El sistema de trabajo debe cambiar, así como también el sistema salarial que no solo no motiva sino que no atrae el mejor talento a la profesión.

Repensar el sistema de trabajo y salarial, es una de las aristas, que debe estar acompañado por un sistema de evaluación que empiece a apostar por la meritocracia y creatividad docente, y un sistema nacional de evaluación que se adhiera a alguno de los sistemas internacionales existentes para comenzar a tener cifras objetivas y transparentes de la realidad educativa del país.  Esto permitirá generar implementaciones específicas por región y escuela.

Valorización de la escuela técnica: La década de 1990 vio desaparecer o desvalorizar la enseñanza técnica en el nivel medio y superior. En 1995 a un geólogo le costaba conseguir trabajo; hoy se da el lujo de rechazar varios.  La llamada escuela industrial a nivel medio que era generadora de técnicos debe ser prioridad nuevamente. En esta dimensión entran también escuelas agrarias.  A nivel universitario, no alcanza con subsidiar las carreras como las ingenierías.  Requiere una reforma del modelo de escuela media que fortalezca la enseñanza de disciplinas básicas como ciencias y matemáticas.

El valor de las tecnologías en la educación: ¿Reemplaza la tecnología a los docentes? No en mi opinión. Pero el debate debe rondar en evitar medidas efectistas por entender la profundidad del cambio tecnológico en la computación. Dar computadoras a los alumnos no mejora los necesariamente el aprendizaje. Hay que pensar un plan para generar ciudadanos digitales.  Y esto hace que no alcance con solo capacitar a los docentes. No se trata de agregar un curso, se trata de modificar las estructuras y contenidos para adaptarlos y adecuarlos a las nuevas tecnologías. 

Muchas aulas actuales son anticuadas llenas de sillas que miran a un pizarrón o una pizarra en la que un profesor (que con suerte no es demasiado aburrido) escribe sin parar. Mientras tanto, los estudiantes están aburridísimos. Escuelas y aulas pensadas para la revolución industrial en un mundo de revolución tecnológica y digital.

La universidad del futuro: Hay una necesidad de lograr que todas las instituciones de educación superior en el país puedan generar un conocimiento básico de tres años orientado hacia una disciplina y luego permitir, en un trayecto superior, ahondar en una especialización que el alumno pueda ir eligiendo en la universidad que prefiera, sin problemas burocráticos para concretar el traslado. Muchas veces, el cambio de universidad en el país es más complejo que ir a estudiar al exterior. Hay que lograr una mayor integración entre la universidad privada y pública a partir de reconocimiento mucho más amplio de materias cursadas y acceso más claro, fácil y flexible entre ambos tipo de instituciones.

Con foco en el futuro, los intelectuales invitados convergieron sobre la necesidad de desarrollar profesionales a partir de un sistema universitario que tienda hacia la especialización flexible y casi personalizada. Esto permitiría la diferenciación en un mercado laboral que así lo demanda. La propuesta que surgió a partir del intercambio de ideas planteó una apertura de los planes de estudios para que los estudiantes realicen sus carreras según sus intereses, dejando atrás el modelo de currículum académico cerrado que impone un único camino para graduarse.

El mercado laboral pide a gritos gente especializada, por lo que un rediseño universitario requiere un trabajo conjunto entre las instituciones para que las mismas se complementen ofreciendo, cada una, una especialización. Desde la década del 90 se han creado muchas universidades privadas y públicas con perfiles muy diferentes que hoy podrían comenzar a dialogar y planificar en pos de alcanzar un acuerdo para establecer un sistema educativo de especializaciones, aprovechando la ventaja competitiva de cada una.

El debate es profundo, difícil y espinoso. Cambios  profundos afectan a los distintos actores del sistema y no se ha de esperar cambios revolucionarios.  in embargo, sí se necesitan cambios, con visos de largo plazo para garantizar una educación sólida, competitiva y que genere posibilidades de desarrollo profesional para los estudiantes y para solventar la competitividad del país.

(*) Profesor de la Escuela de Negocios