En los medios

Nueva Cátedra
12/05/15

Bachrach: Elegir no es jugar una carrera

Para alguien que estudia en una universidad pública, la imagen resultó extraña. Sobre la puerta, decenas de autos llegaron y de ellos bajaban grupos de estudiantes —la mayoría con uniforme de escuela privada— que formaban una larga fila desde la entada hasta la Avenida Figueroa Alcorta. La Universidad Torcuato Di Tella, organizó esta semana una actividad para que chicos que están cursando el último año del secundario, puedan entrar a la institución, reflexionar sobre qué estudiar y escuchar las experiencias de los alumnos más avanzados de universidad.

En el Di Tella Lab, los chicos, pudieron informarse sobre las nueve carreras de grado que se dictan en la universidad que tiene su sede en Nuñez. Además hubo en total 16 actividades que intentaban, publicitar la universidad por un lado, y por otro, ayudar a los estudiantes secundarios a pensar cómo elegir una carrera.

Lo que se intentó resaltar desde la organización del evento fue la excelencia académica que la Di Tella posee, la multidisciplinariedad en las carreras, la existencia de un amplio plan que beca a un tercio de los estudiantes y que para poder estudiar en el establecimiento es necesario mucho esfuerzo. Marco, un estudiante de tercer año de Economía, les avisó esto a los chicos: “Para estar acá hay que romperse el lomo, lo que no quiere decir que la gente no tenga vida social”.

Las actividades fueron abiertas y con mucho diálogo con los aspirantes y a medida que iba transcurriendo el tiempo, se iban soltando y levantando más la mano para preguntar o intervenir. Los estudiantes interrogaron varias veces sobre si era cierto que se viaja mucho estando en la universidad. La respuesta se encontraba en el bar, porque al acercarse se escuchaban conversaciones en diferentes idiomas. “Yo viajé tres veces al exterior, uno por cada año de cursada”, le explicó el estudiante de Relaciones Internacionales Adriel a los secundarios.

Yo tampoco sé qué me gustaría estudiar

El biólogo Estanislao Bachrach dio una charla que intentaba ayudar a pensar a los chicos cómo elegir y a qué cosas prestarle atención en lo que es “una difícil pero hermosa decisión”.

“Este es el momento que tienen para elegir lo que a ustedes les gusta, y no lo que los hacen estudiar. Exploren qué les gusta, y que no, pero elijan ustedes”, les dijo a los estudiantes, y por qué no, a algún padre que andaba colado en la actividad. En este sentido, el biólogo contó su historia académica y les confesó: “Yo soy biólogo porque era el deseo de mis padres, pero yo no quería estudiar eso. Me di cuenta recién a los dos años de carrera”.

Uno de los temas que más preocupaba a los oyentes era equivocarse en la elección, y varias preguntas fueron en esa dirección. Bachrach respondió preguntándoles: “¿Equivocarse en qué? ¿Atrasarse en qué? ¿Con quién están jugando una carrera?”. Además les dio otra explicación de corte biológica: “Si uno decide que quiere cambiar, el cerebro no deshecha todo lo anterior, todo lo contrario, a uno le abre el panorama”.

Sobre el final, dejó una reflexión que condensó un poco todo lo que fue la charla: “Lo que importa no es llegar, sino el camino. La felicidad no es algo que está arriba y a donde tenemos que llegar”.

Los chicos escucharon muy atentos —más allá de algún murmullo propio de las clases en el secundario— y en el ambiente se notaba que habían sido interpelados. La actividad terminó, el campus se fue vaciando, y los autos que nuevamente habían llegado a la puerta volvían a arrancar llevando de vuelta a los futuros universitarios.

Dentro de la Universidad Torcuato Di Tella conviven 7 mil estudiantes de grado, de posgrado y de programas extracurriculares. El conjunto de las universidades privadas está atravesando desde hace doce años un período de gran crecimiento, ya que desde el 2003, la matrícula en este tipo de establecimientos aumentó un 77,6  por ciento. La cantidad de personas que estudian en universidades privadas es -según el Centro de Estudios de la Educación Argentina- en Argentina de 382.618, lo que representa un 21 por ciento de los estudiantes universitarios. No es casualidad que tantos jóvenes se hayan acercado con inquietudes a la Di Tella.

Por Manuel Pérez Berro