En los medios

Clarín
21/02/15

La fuerte tentación del año electoral

Por
Año de elecciones. Año en el cual, indica la tradición, la política se impone a la economía y busca traccionar votos con pesos. Los economistas empiezan a ver señales de que el Gobierno se deja seducir por esa tentación.
Aunque eso incremente la factura que herede el que venga.
El 2014 cerró con recesión. Y el 2015 arrancó con el mismo signo. Pero la intención del Gobierno es darlo vuelta. O, desde su punto de vista, extender lo que viene siendo un “verano estupendo”, según la definición del ministro Axel Kicillof.
Miguel Bein, economista que asesora a Daniel Scioli, lo pone en estas palabras. Ve un “aumento en la demanda que será más evidente en los próximos dos o tres meses, una vez en marcha los acuerdos de paritarias y los fuertes aumentos (algunos ya anunciados) en el gasto público social”.
Carlos Melconián ve una mayor disponibilidad de pesos, con el mismo objetivo. Guido Sandleris, de la Universidad Di Tella, coincide en que se vienen tiempos de una economía orientada a las elecciones.
“El año nos encuentra trabajando con muchísimas iniciativas”, dijo días atrás Kicillof, refiriéndose al plan Ahora 12, el Procrear, el Progresar, y la suba de la Asignación Universal por Hijo. “Vamos a ver muchos más planes de ese tipo”, diagnostica Melconián.
¿Cómo? “La emisión monetaria va a ser muy alta; parto de los números fiscales de 2014, de un pronostico de recaudación y de gasto público, que incluye salarios, jubilaciones, docentes, hago la cuenta y me da 300 mil millones de pesos, Miro la carta orgánica del Banco Central, y se concluye que van a emitir 260.000 millones. Plata en la calle va a haber”.
En enero hubo cierta contención en la emisión, agrega Melconián, pero eso puede cambiar. “No tanta emisión como en la era de Marcó del Pont, pero tampoco el ajuste de Fábrega, eso es lo que hará Vanoli”, dice, refiriéndose a los presidentes del Banco Central que se sucedieron en el Gobierno de Cristina Kirchner.
Algo de plafón hay para esa política. “El índice de confianza del consumidor subió en enero”, señala Sandleris. “Aún no están las cifras de febrero, pero se suma el efecto vacaciones, que siempre añade optimismo, con que este verano no hubo saltos en la economía como fue la devaluación de enero de 2014”. Pero la política puede meter la pata en esta ecuación, advierte el economista: “Hay que ver qué impacto puede tener el caso Nisman, que genera ruido en la sociedad”. Sin embargo, cree que la intención oficial será echar leña en el fuego, “Es lo usual, no?, que los Gobiernos intenten sumar en el año electoral. Es esperable que este año el gasto suba por arriba de la recaudación”. El déficit fiscal se dispararía así por arriba del 5% del PBI, un desequilibrio que deberá enfrentar el que venga. Pero no el único.
Los subsidios no bajarán en este año, está ya claro. Eso también le tocará al próximo Gobierno.
Pero hay un factor adicional menos visible, que destaca Bein.
Según su análisis, si hay mayor consumo, habrá restricción de oferta de productos. Para aumentar la oferta hacen falta dólares para las importaciones. Y allí el Gobierno tendrá que salir a financiarse. Vía deuda externa o interna. O colocando más Lebacs.
En todos los casos, convalidando mayores tasas. “A fin de cuentas, el costo financiero implícito será pagado por la próxima gestión que recibirá una economía con distorsiones (atraso cambiario y tarifario, brecha cambiaria, un Banco Central con altos pasivos remunerados y algo menos de reservas y con el acuerdo pendiente con los fondos buitre que en el arranque acumularía atrasos por la deuda reestructurada en 2005 por US$ 3.000 millones) y un nivel de consumo popular sólo financiable con más deuda. La lógica de la política en un año electoral siempre es así”, dice en su último informe.
En todo este plan, sin embargo, hay un facto más a tener en cuenta. ¿Quién será el candidato del oficialismo? ¿Jugarán todas las fichas si el hombre es Daniel Scioli, tan resistido por la propia Presidenta? ¿Pondrán todos los pesos en la calle para que el gobernador engorde sus chances? ¿O jugarán justo al borde, como para ser recordados como los que alimentaron el consumo, pero sin que eso termine siendo la carta ganadora de la Ola Naranja? Más dudas del año electoral.