En los medios

La gran época
11/12/14

“El año que viene no va a ser apocalíptico, pero va a ser de lento crecimiento”

El ex director de la CEPAL en Argentina, Bernardo Kosacoff, si bien pronosticó un complejo escenario para el año que viene se mostró confiado en que el país puede encaminar un sendero de desarrollo intermedio en un futuro cercano.

Bernardo Kosacoff, ex Director de la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (CEPAL) en Argentina y actual Profesor y miembro del Consejo de Dirección de la Universidad Torcuato Di Tella, es uno de los economistas más prestigiosos del país y es una de las voces más escuchadas cuando se trata de problematizar sobre los principales desafíos estructurales de Argentina para que ésta alcance un sendero de desarrollo sustentable.

En su oficina de la Universidad Di Tella, Kosacoff dialogó con La Gran Época sobre las inversiones estructurales que necesita el país y la urgencia de tomar la situación de la educación secundaria como una cuestión fundamental en el desarrollo de la sociedad argentina. Además, proyectó su visión de la economía para el año que viene y brindó algunos consejos para resguardar los ahorros bajo esta compleja realidad que nos toca atravesar en la actualidad.

La economía en el 2015

¿Cómo ve la economía para el año que viene?

-Creo que hay que descartar los dos escenarios más extremos: la visión apocalíptica de que estamos a un paso del precipicio o la visión de que todo está bien y que no somos capaces de disfrutar tanta prosperidad.

Creo que en el escenario para el año que viene, la recuperación de la industria va a estar muy asociada con la posibilidad de resolver los dos temas macroeconómicos que hoy tiene la economía argentina para hacer políticas más activas:

Por una parte, la restricción de divisas, que obviamente limita. Hoy la industria tiene un problema muy sencillo: un punto de incremento en el nivel de actividad requiere alrededor de 3 mil millones adicionales de divisas, y hoy no se dispone.

El segundo tema cuando uno quiere hacer políticas activas es que hoy el nivel de gasto público es muy alto; esto es un punto positivo porque demuestra que el Estado tiene una fuerte capacidad de recaudación, mucho mayor de la que tuvo en el pasado. Pero acá hay un reclamo de notable mejora de la calidad del gasto para que tenga un impacto simultáneo: mejora en la eficiencia del aparato productivo y mejora en la situación de la gente más humilde. Entonces estas mejoras de la calidad del gasto público son difíciles de concretar en el corto plazo.

Y hoy adicionar gasto público donde no hay ningún mecanismo genuino de financiamiento y donde no se garantizan las divisas para poder sostener este nivel de actividad implica restricciones para esperar una recuperación muy acelerada de la economía.

Hay un punto que es clave: el acceso al financiamiento internacional que va a depender de la resolución del tema de los holdouts a principios del año que viene. Una resolución permitiría algún financiamiento adicional con lo cual los indicadores mejorarían algo, pero no necesariamente podemos esperar una industria que ponga todos sus motores en marcha.

Mi impresión es que el año que viene no va a ser un año apocalíptico, pero va a ser un año de lento crecimiento y llevamos el arrastre de algunos trimestres de este año con caídas generalizadas y significativas del nivel de actividad.

¿Es optimista en que se pueda llegar a un acuerdo con los holdouts?

-Yo creo que va a ser una negociación difícil. Hay un punto a favor: Argentina tiene capacidad de pago, esto lo demuestran los bonos, que no se han desplomado. La gente piensa que en algún momento se va a cobrar y también existe voluntad de pago. Pero hay una gran diferencia entre lo que los deudores con juicio firme desean cobrar y lo que el gobierno está dispuesto a aceptar como una negociación honrosa y que tiene este dilema del cumplimiento de un fallo de la justicia, y al mismo tiempo una visión totalmente crítica en términos de lo que significa el papel de estos fondos en el sistema financiero internacional.

¿Considera que va a haber una suba de la tasa de interés y un menor crecimiento a nivel global? Si se da ese panorama, ¿cómo afectará a la Argentina?

-Esas son las previsiones, pero la suba de la tasa de interés que se está hablando es de valores notablemente pequeños y se van a ubicar en valores históricamente muy bajos. Pero las previsiones no son de escenarios de alta incertidumbre ni mucho menos, sino de un mundo creciendo a tasas más bajas con una economía americana fortalecida, con un dólar fortalecido, con una tasa de interés levemente superior y esto obviamente va a afectar los precios de los commodities.

Comparados con cinco años atrás, los términos de intercambio para Argentina van a ser más desfavorables y la tasa de interés va a ser un poquito más alta. Pero mirado en términos históricos, creo que vamos a tener muy buenos términos de intercambio y una tasa de interés sumamente atractiva para financiar proyectos que sean bien evaluados y que aporten al desarrollo económico y a la inclusión social.

Argentina puede ser un país desarrollado

¿Cuáles son los factores que hay que tener en consideración para superar los desafíos de corto y largo plazo?

-Los factores de largo plazo son difíciles cuando uno tiene una situación de estancamiento como la actual, que obviamente reclama más medidas de corto plazo. Los temas estructurales para resolver eso requieren una combinación de acelerar el proceso de inversiones y aumentar la oferta productiva, y que esta sea de mejor calidad en términos de mayor generación de capacidades tecnológicas endógenas y mayor utilización de mano de obra calificada.

En este plano aparecen justamente temas estructurales que no se resuelven en el corto plazo. El tema central aparece en la calificación de los recursos humanos de los niveles de ingresos más bajos de la población donde el 40 por ciento de la misma con menores ingresos hoy no tiene las capacidades para tener un empleo formal. Entonces es muy difícil tener los salarios de los países desarrollados con niveles de productividad que están totalmente alejados. Y acá hay que resolver problemas de escalas, de desarrollo de proveedores, de infraestructura, de mercado de capitales; en definitiva, es la agenda de desarrollo.

¿Qué tasa de crecimiento proyecta para el país en los próximos años?

-Creo que la economía argentina va a cambiar fundamentalmente si en los próximos diez años crecemos al 4 por ciento por año y no tenemos más los ciclos económicos y la volatilidad que ha caracterizado a nuestra economía. Creo que justamente lo que hay que lograr es una tasa de crecimiento que sea sustentable y que no esté acompañada por estos procesos de ajustes y de crisis que tanto daño hacen a las empresas pero fundamentalmente a la gente más pobre.

¿Una tasa de crecimiento sustentable sería del 4 por ciento por año?

-Yo creo que sí. Para esto es necesario cuatro o cinco puntos más de inversión y, fundamentalmente, fuertes gastos en investigación y desarrollo, y en calificación de los recursos humanos para mejorar la productividad. Y al mismo tiempo, se requieren inversiones en infraestructura para poder dar las condiciones de competitividad sistémica.

La Argentina tiene márgenes como para poder sostener una tasa de crecimiento en el largo plazo que, en definitiva, mirado de acá a una década nos va a encontrar con un país distinto. Y obviamente todo el foco de atención hay que ponerlo en cómo al 40 por ciento de la gente más pobre le damos capacidades para que puedan volver a tener un trabajo digno, que sea no vulnerable, y obviamente ahí el tema central pasa por la educación.

Habló de la educación como pilar, ¿Argentina se puede encaminar en un sendero de desarrollo intermedio?

-Definitivamente, y existen bolsones de la Argentina que demuestran que eso es factible. El tema es que se generalice y se difunda. Hoy quizás el tema central pasa por la educación de nivel secundario, que es en donde obviamente la Argentina está teniendo los indicadores más complejos y donde hay que mejorarlos notablemente para tener una sociedad sustentable. Claramente priorizar la educación me parece que es un tema central y fundamentalmente la educación de la gente más humilde.

Aconseja invertir en…

¿Se anima a brindar algún consejo para que el lector no especializado proteja sus ahorros en Argentina?

-Yo de eso no sé nada: Cuando quiero comprar está caro y cuando quiero vender está barato (Risas).

Obviamente hoy con la tasa inflacionaria que hay, uno no puede tener pesos líquidos y lo mejor es tratar de invertir en cosas que uno necesita en el largo plazo: si a uno le sobran unos pesos tratar de ver si tiene que ampliar o mejorar el baño o ampliar una pieza. Tener en claro que estas no son épocas de fomentar consumos suntuarios y tratar de protegerse de esa forma.


Por Miguel Díaz