En los medios

El Observador de Uruguay
28/10/14

“La bomba económica argentina no debería estallar hasta 2016”

El director de la escuela de negocios de la Universidad Torcuato Di Tella dijo que caerá la llegada de argentinos porque “Uruguay es caro”

Aunque compartió universidad con el actual ministro de Economía de Argentina Axel Kicillof y cree que “de Perón para adelante todos los modelos económicos de ese país fueron malos”, el economista Sebastián Auguste está convencido de que el actual gobierno de Cristina Fernández introdujo medidas de corte populista, como trabar las importaciones y establecer duros controles de cambio que empujaron a la tercera economía de América Latina a la estanflación. Sin embargo, cree que “la bomba económica” no debería estallar hasta 2016 porque ese país tiene “la suerte de contar con el síndrome del hijo rico” y llegará en enero a un acuerdo con los “fondos buitres”. cuando venza la cláusula RUFO que le impide ofrecer a los tenedores de sus bonos en default mejores condiciones que a quienes aceptaron los canjes de 2005 y 2010, y eso le granjeará un fuerte ingreso de capitales. De visita en Montevideo para promocionar los MBA y Executive MBA de la Universidad Torcuato Di Tella, el director de la Escuela de Negocios de dicho centro dialogó con El Observador. A continuación, una síntesis de la entrevista.

¿Cómo definiría el panorama económico y el clima de negocios actual de Argentina?
Argentina ya está con estanflación. Es malo porque es una economía con problemas estructurales desde hace años que están eclosionando ahora: déficit fiscal, mucha emisión monetaria, alta inflación, un tipo de cambio oficial desdoblado del paralelo, libre, blue o uno de los tantos nombres que tiene, con el cual Argentina no es competitiva. Es complicado el panorama. Pero, por otro lado, también se ve un fin de ciclo y eso genera cierto optimismo, porque todas las alternativas políticas que hay son en lo económico un poco mejor, así que no está todo perdido y eso sería importante. Cristina (Fernández) ha dado señales confusas como presidenta porque a fines del año pasado había tomado medidas económicas básicamente razonables que hacían pensar en una transición política ordenada. Pero recientemente, con el cambio del presidente del Banco Central (Carlos Fábrega) y el ministro de Economía (Axcel Kicillof) –que está cambiando las ideas con las que arrancó el mandato–, se percibe un cambio preocupante porque no es en la dirección correcta y genera incertidumbre, pero todavía hay chances de que este gobierno termine relativamente ordenado.

¿Qué perspectivas tiene sobre la economía de su país en un contexto de elecciones en el horizonte, recesión, alta inflación y frentes externos abiertos como el litigio con los fondos buitres?
No soy tan pesimista, creo que el litigio con los buitres es un tema de resolución política y en enero, cuando venza la cláusula RUFO, el gobierno podría arreglar con los buitres y se acaba el problema.

¿Lo cree de verdad?
No sé si va a haber un acto de sensatez pero todavía tengo un poco de esperanza. Sería muy difícil de sostener no hacer nada. No está todo perdido, aunque uno percibe un cambio preocupante porque no es en la dirección correcta, sobre todo en aumento del gasto público. Eso genera incertidumbre sobre lo que puede llegar a pasar, pero todavía hay chances de que el gobierno termine relativamente ordenado. Con una inflación alta, de cerca de 40% por la expansión monetaria, pero todo puede cambiar mágicamente si vuelven a acceder a los mercados y la verdad es que uno ve que hay proyectos rentables en el país que van a traer inversión. Argentina tiene el síndrome del hijo rico porque hace todo mal y tiene la suerte de encontrar reservas de petróleo como Vaca Muerta y otro montón de proyectos grandes que van a proporcionar una buena entrada de capitales. La excusa era la cláusula RUFO y en enero ya no va a estar, y no hacer nada sería muy grave para la economía. Hasta ahora le dio rédito político la lucha con los buitres pero no le va a dar más rédito golpearse contra la pared. El enemigo externo de los buitres y el imperialismo le sirvió políticamente, pero en enero ya no va a ganar más nada con eso, por lo cual debería ser un poco racional (por el gobierno) y tratar de arreglar con los buitres.

¿Entonces no prevé un empeoramiento de la situación económica argentina y un impacto en Uruguay?
Argentina ya está en un escenario de estanflación. Siempre se puede estar peor, pero no creo que vaya a haber un 2001, cuando se sabía que ibas a golpearte contra la pared y no había forma de evitarlo. Hoy, el contexto externo para Argentina –aunque los comodities cayeron mucho– no es tan malo. Hay áreas como Vaca Muerta que pueden generar un fuerte ingreso de capitales. Hay problemas pero son solucionables con voluntad política –que hasta ahora no la hubo– y la señal que dieron recientemente es que el gasto público no se va a tocar y el problema fiscal no se va a arreglar. Entonces, se sabe que hay falta de financiamiento, y eso se logra con emisión monetaria o financiamiento. Lo primero es malísimo porque genera más inflación. Ahora, si en enero se soluciona el problema de la deuda, eso arregla todo, pero sería para el año próximo que no falta mucho. Para la temporada de verano va a estar difícil para los turistas argentinos ir a Uruguay, no porque no puedan sacar plata del país, sino porque Uruguay para nosotros es caro y el ingreso real de los argentinos ha caído. Con la economía y los ingresos cayendo, la gente está siendo más conservadora en los gastos. Sin embargo, como la costa argentina también está cara, la temporada –como el año pasado– no va ser buena pero tampoco una catástrofe. 

¿Qué piensa de los controles cambiarios que han hecho disparar el dólar blue y de que el mercado esté apostando por una nueva devaluación como la de enero pasado?
Hay presiones del mercado, pero si en enero se logra llegar a un acuerdo por la deuda, la bomba económica argentina no debería estallar hasta 2016. Se va a retrasar la salida lamentablemente, pero Argentina va a tener un rebote después de 2016, alcanza con mirar lo que está pasando con las acciones argentinas. Si en enero no arreglan, es otro cantar. Ahí se patea la recuperación hasta 2017 y el gobierno que venga pasará el primer año arreglando cosas, con lo cual se pierde más tiempo. Es clave lo que haga el gobierno de acá a marzo, podemos embarrarnos muchísimo o salir adelante. Como el gobierno no va por la reelección, va a lograr un arreglo y si no lo hará el próximo.

¿En qué se diferencia Uruguay de Argentina a la hora de hacer negocios y atraer inversores?
Argentina se divorció de la economía mundial desde Perón en adelante, eso para empezar. Uruguay tiene un buen marco jurídico y el ambiente en general para hacer negocios es mejor, hay estabilidad institucional, reglas claras, gobiernos que pasan de un lado al otro políticamente y mantienen las reglas de juego. No hay inseguridad, hay buen capital humano, buen nivel educativo, el único limitante es la escala y el barrio porque, obviamente, Argentina está al lado y contamina mucho, pero Chile también está al lado y no se contamina.

¿El Mercosur es un corsé para hacer negocios en esta parte del continente o debe verse como una plataforma de lanzamiento a otros mercados?
El Mercosur no fue lo exitoso que nos vendieron en su momento y para Uruguay y Paraguay no me queda claro que haya sido bueno. El mundo necesita alimentos y el Mercosur puede dárselos con valor agregado y sin importar la ideología de los gobiernos. l

Los MBA
Los MBA comenzarán a cursarse en abril en modalidad intensiva, para profesionales que no viven en Buenos Aires. Permiten incorporar herramientas técnico-conceptuales, desarrollar nuevas habilidades interpersonales y generar mayor capacidad de gestión. Posee una modalidad de cursos intensivos que duran 15 meses efectivos. Se cursa cada dos semanas, los días viernes.

Por Denis Dutra