En los medios

Rosario 3
22/08/14

Estanislao Bachrach: "La diferencia la hace el que piensa distinto"

El doctor en biología molecular dará una charla para entender cómo funciona el cerebro y qué propone la neurociencia para vencer el estrés y aumentar la productividad. Este sábado, a las 21.30, en El Círculo

¿Qué pasa si asomamos a otro modo de entender lo cotidiano y vemos que el estrés, el cansancio, las relaciones con los otros y la eficiencia en el trabajo guardan estricta relación con el funcionamiento del cerebro? Dicho de otro modo, lo que hacemos responde al modo en que las experiencias se organizan en "la cabeza" en estructuras ensayadas, seguras y vetustas. 

¿Cómo funciona el cerebro?, ¿cuál es la tramoya de esa "rutina cerebral"?, son aspectos que la neurociencia viene trabajando desde hace tiempo. Lo significativo es que también ha desarrollado herramientas para alentar cambios.

Claro que para dar ese paso hay que querer, sostener "la concentración" y entender que la "frustración" y "la práctica" son parte del proceso, tal como lo señala el doctor en biología molecular Estanislao Bachrach.

"Cuanto más parecido pensamos todos los días y más repetimos las cosas, menos riesgo toma el cerebro", asegura el también magister en Dirección de Empresas de la Universidad Torcuato Di Tella, donde se desempeña al frente de la cátedra de Liderazgo e Innovación.

Para el ex docente e investigador de la Universidad de Harvard, en el mundo hay muchas personas que son buenas en algo, cualquier sea la actividad, "entonces la diferencia la hace el que piensa distinto".

En tren de conocer un poco más sobe como funciona nuestro cerebro, el autor del libro Ágilmente brindará una charla interactiva este sábado a las 21.30, en el teatro El Círculo, Laprida y Mendoza. En el marco de la misma, se invitará al público a participar y hacer preguntas.

Antes de ese encuentro, Estanislao Bachrach sostuvo un diálogo con Rosario3.com en el que no faltó la cuota de humor que se observa en sus disertaciones.

—¿Cuáles son los ejes de la charla interactiva?

—Qué pregunta tan propia de alguien que pasó por la facultad ¿Los ejes? La idea es llevar la neurociencia o los últimos avances dentro de los estudios sobre el cerebro a la vida cotidiana que tienen que ver con el trabajo, la familia, ir al supermercado, ser productivo, cansarse menos, ser más eficiente; conocer un poco más cómo funciona el cerebro. Una vez que entendemos cómo funciona, darte algunos consejos para no estar tan cansados o tan estresados y ser un poco más productivos. Es interesarte más por las cosas, llevarte mejor con tu pareja, y ser y ver las cosas de un modo distintito.

—¿Cómo se puede expandir la creatividad, uno de los planteos de su libro "Ágilmente"?

—Primero quiero aclarar que no voy a hablar de creatividad en la charla, pero veo que te referís al libro. Es exactamente lo mismo que jugar al tenis. Vos podés aprender a jugar y podés ser mejor o peor; todo depende de lo que hagas. La creatividad es una habilidad que podés practicar. Tenés que saber nuevas técnicas con o sin la ayuda de un profesor. Pero sí practicar, tener disciplina, tener compromiso. Lo que se puede medir hoy es que uno puede ir cambiando ciertas estructuras del cerebro relacionadas con el proceso creativo que se hacen un poquito más densas o más lentas, con más neuronas, con más conexiones; lo mismo que pasa con alguien que quiere aprender a jugar al tenis. El tema es que hoy los científicos sabemos cómo lo tenemos que hacer. Son técnicas que funcionan como todo en la vida: si te interesas, si tenés disciplina, si querés mejorar. Ahora, si lo hacés porque te lo pidió tu jefe, no funciona.

—¿Cómo se puede desaprender esa idea del cerebro ligada a saber?

—No quiero avanzar sobre esos procesos porque no soy un experto en educación. Lo que hoy sí se puede hacer es aprender a ser diferente. En general, pensamos siempre igual y no por culpa de la escuela o porque somos tarados, sino porque somos eficientes. Cuanto más parecido pensamos todos los días y más repetimos las cosas, menos riesgo toma el cerebro, menos riesgo toma la persona y más se cuida. Pero hoy podemos animarnos a pensar distinto, a tomar otros riesgos, como tratar distinto la gente. Esas son cosas que el cerebro no tiende a hacer por una cuestión casi de supervivencia: eso era eficiente hace algunos años, ahora no se piensa en que un cambio es cuestión de vida o muerte. 

—Asumir el desafío ya es cambiar

—Vos venís pensando siempre igual. Venis, hacés los ejercicios dos semanas y empezás a pensar diferente. Eso también implica que vas a cambiar, porque si pensás distinto, sos distinto. Pero mucha gente no quiere. Dice "para qué, si yo estoy bien". En la charla, yo doy un montón de consejos que son mega optativos y que son para aquellos que piensan "la verdad que no estoy contento", aquellos a los que les pica un poco eso y prueban con esto "a ver si les va un poco mejor". Siempre con el cuidado de que no es una fórmula mágica sino que son datos científicos transformados en herramientas que a alguna gente le funciona y a otra no. Entonces, las expectativas tienen que ser tranquilas

—¿Tienen alguna influencia en ese cambio las nuevas tecnologías?

—No, para nada. Hay como una inflación de la educación. Hay mucha gente muy buena en todo y en todos los países. Lo que antes hacía la diferencia en las sociedades, en los gobiernos y en las empresas era lo que llamamos "el buen ingeniero", "el buen panadero", "el buen biólogo" o "el buen periodista". Hoy hay "muchos buenos todo", entonces la diferencia la hace el que piensa distinto. Y eso trasciende más en un mundo globalizado. Entonces, si yo tengo un buen ingeniero y el de al lado también, la diferencia es que mi ingeniero piensa diferente, entiende al otro, se anima a proyectos nuevos.

—Como un Da Vinci de estos tiempos

—Sí, estamos hablando de eso. No es una receta para convertirse en Da Vinci, pero es una receta para acercarse a eso. Es animarse a creer, pero tenés que saber que te va a costar, que te vas a equivocar, que vas a estar cansado, que te vas a frustrar. Si a todo eso le decís que sí, lo hacemos. Hay mucha gente que dice "no, yo no me banco la frustración". Entonces no va s a poder. Es lo mismo que hacer dieta: sabés que te va a costar decirle que no a los alfajores, que te vas a tener que contener y no comer. Y vuelvo, todo lo que uno quiere aprender bien requiere esfuerzo

—¿Cuál fue tu trabajo con el plantel profesional de futbolistas de River Plate?

—Con ellos trabajé el tema emocional, las cuestiones de la tensión, la presión, el estrés. La experiencia fue espectacular. Fueron 25 jóvenes con mucha presión tanto por las expectativas que tenía el público en general como ellos mismos, sus familias, el cuerpo técnico y los dirigentes. Ahí trabajamos con técnicas para que ese estrés sea el menor posible y no interfiera en su trabajo como jugadores profesionales

—La concentración es clave en el proceso

—Sí. Es parte número uno del proceso creativo. Tenés que estar atento, entender a dónde vas. Las distracciones son las enemigas de la eficiencia del cerebro. Cuanto más te distraés más te equivocás, más tardás. De esto también voy a hablar.

—¿Los chicos son más permeables al cambio?

—Tienen menos patrones de pensamiento porque han vivido menos. Entonces, "están menos llenos de cosas" (las comillas pertenecen al entrevistado). Cuanto más lleno estás, más expertise tenés, más miradas fijas del mundo tenés, menos permeable sos. Eso a nivel actitudinal. En realidad, el cerebro de un tipo de 70 años, si tiene ganas, puede aprender chino mandarín como un chico de 6. Pero todo lo que vivió, su cansancio, su estrés, su "no puedo" o "soy viejo" hacen que no pueda, pero neurológicamente puede.

Por Maricel Bargeri