Di Tella en los medios
La Nación
23/04/10

¿Erizos o zorros?

Por Por Horacio Spector

Por Horacio Spector

ISAIAS BERLIN, el célebre pensador ruso-británico-judío, dio lugar a una concepción original del liberalismo, que sintetizó la Ilustración y elementos del romanticismo (lo que él llamó la Contrailustración).

Berlin desafía un legado de la Edad Media que había sido recibido por la modernidad: la idea de que existe una naturaleza humana y de que a ésta le es consustancial un valor supremo ?sea la justicia, la felicidad o la libertad? en virtud del cual todas las cuestiones morales y evaluativas tienen una solución única y verdadera.

El romanticismo continental, desde Joseph de Maistre y Herder hasta Vico, Schelling y Tolstoi, representa una reacción a los ideales racionalistas y universalistas de la Ilustración. Los impulsos megalómanos, la valentía, las tradiciones, el amor a la patria y una concepción del yo que lo sitúa esencialmente en un pueblo y en una cultura, antes que en la posesión de un principio racional, escapan al análisis monista y reduccionista de la Ilustración.

Berlin utiliza el término metafórico "erizo" para referirse a los monistas de toda laya: racionalistas, empiristas y positivistas que creen en un único principio organizador de la realidad, en una sola verdad y en un solo valor universal. Kant y Locke son erizos y su liberalismo es de tipo monista. "Zorros", en cambio, son los pensadores y artistas que tienen una visión aguda, multifacética y pluralista de la realidad, para quienes la reducción del conocimiento o la moral a un solo principio es una distorsión. Joseph de Maistre y Tolstoi comparten la visión del zorro en sus magistrales retratos de la conducta humana, aunque en Tolstoi este aspecto es matizado por su esperanza en una comprensión monista o "eriza".

El liberalismo del zorro, es decir, el del propio Berlin, es pluralista. Berlin rompe con la tradición iusnaturalista al rechazar la reducción de la naturaleza humana a un único principio organizador. La aportación del romanticismo es que los valores son creados por transformaciones culturales de carácter histórico. Como resultado de este proceso, nos encontramos con valores diferentes, rivales e inconmensurables, que a menudo generan conflictos que no tienen una solución única o verdadera. En esto reside, justamente, el valor de la libertad como no interferencia del Estado (lo que Berlin llama "libertad negativa"): en respetar la diversidad fundamental del género humano.

Bajo la pluma magistral de Berlin caen doctrinas que atraviesan el espectro ideológico, desde el utilitarismo monista y el racionalismo positivista hasta el marxismo, el neokantismo de Rawls y el economicismo. Todas ellas están deformadas por una visión "eriza", que hace caso omiso de peculiaridades, particularidades, matices y contextos. ¿Debemos, necesariamente, sostener la misma teoría política para Suecia y para la Argentina, para China y para Chile? ¿Hay, acaso, una única verdad o escala de valores que actúe como algoritmo para resolver todos los problemas de la política social o jurídica? El liberalismo del zorro contesta con un rotundo no. ¿Es usted "erizo" o "zorro"?

El autor es vicerrector de la Universidad Torcuato Di Tella.

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