Di Tella en los medios
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12/07/9

Novecientos mil jóvenes argentinos no estudian ni trabajan

<P>Según un informe, el 80 por ciento de ellos viven en hogares sumidos en la pobreza. Esta cifra de 900 mil jóvenes que no estudian ni trabajan representan a 2 de cada 10 de un total de 6 millones de argentinos que tienen entre 15 y 24 años de edad.La "Generación ni-ni". </P>

Un informe de la Cátedra Unesco sobre las Manifestaciones Actuales de la Cuestión Social y en el Centro de Estudios en Políticas Laborales y Sociales del Instituto Torcuato Di Tella reveló las cifras de los jóvenes que no estudian ni trabajan en la Argentina.

Según el trabajo, en el país hay 3.253.000 adolescentes de 15 a 19 años y 3.174.000 de jóvenes adultos de 20 a 24 años: en total, unos 6.427.000 de chicos que representan al 20% de la población total. "De esos seis millones de adolescentes y jóvenes adultos, dos de cada diez no tiene ganas de nada", según lo reflejado en su edición digital por el diario Crítica.

Mariel Romero, una de las sociólogas del equipo que realizó la investigación, señaló que "si uno antes se esforzaba, lograba estudiar y trabajar, el progreso no tenía límites. En cambio, ahora, los chicos observan que los padres o los abuelos trabajan o se esfuerzan mucho pero no ven ningún progreso”.

La Organización Internacional del Trabajo (OIT) publicó las conclusiones de su estudio Jóvenes y Trabajo Decente en la Argentina: “En la Argentina de la poscrisis de 2001, la problemática juvenil y la precariedad laboral ocupan el centro de la gravedad de la cuestión social”, según expresó Guillermo Pérez Sosto, miembro de la Cátedra Unesco, que asegura que se trata de jóvenes que pertenecen a ese segmento de la población que se convirtió en irrelevante para el sistema capitalista porque antes eran explotados y hoy se los excluye. “Existe una fragmentación de los imaginarios sociales porque se quebró el mito del progreso”, dijo a Crítica.

En tanto, según las estadísticas, a esos chicos se los denomina “inactivos absolutos” y son muy distintos de lo que en Europa llaman de la misma manera: jóvenes de una clase social apática. De este lado de mundo, los ni-ni pertenecen a sectores indigentes, pobres y vulnerables. “En la Argentina, surgen de un proceso de descomposición social, de una historia de degradación de la economía y de la sociedad de largo período, que supone la precarización del mundo del trabajo, la desprotección social y, por último, el abandono de niños y jóvenes. Un problema social contiguo al de nuestros ni-ni son los ‘precarios’ jóvenes, que abandonaron sus estudios y buscan trabajo, casi 500 mil, y los jóvenes que abandonaron sus estudios y trabajan en forma precaria o indigente están cerca del millón. Entre ambas categorías suman 1,4 millón de jóvenes sobreexpuestos, condenados a la precariedad perpetua y amenazados de invalidez social”, analizaron Pérez Sosto y Romero.

Las cifras del estudio dan cuenta que 80 por ciento de estos jóvenes sin proyectos ni ilusiones vive en hogares pobres. Sólo el 8 por ciento de los ni-ni tienen un mejor pasar económico. Para todos, en definitiva, el progreso no existe: tienen una gran apatía, una grave crisis de participación, no creen en instituciones como la escuela o los sindicatos. En el 40 y el 50 por ciento de esos chicos, el abandono escolar hace estragos. Ése es el primer paso –reconocen– para quedar afuera de todo. Una vez que dejan la escuela y salen a buscar trabajo, se encuentran con una realidad cruda: el 25 por ciento no tiene empleo y la precariedad laboral de los puestos de trabajo a los que tienen acceso trepa al 62,2 por ciento, cuando el índice para la población general es del 40 por ciento.

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