Di Tella en los medios
La Gaceta Digital
21/09/8

“Hay una nueva manera de pensar la democracia”

Peruzzotti, catedrático de Teoría Política de la Universidad Di Tella, advirtió que adquiere más fuerza el concepto de rendición de cuentas. El especialista insistió en que la ciudadanía demanda un tipo de representación y de democracia distinto y que hay preocupación por la calidad institucional.

“Con la crisis con el campo reaparece un conflicto sobre cómo entender la representación política, que empieza con el retorno a la democracia. Es un conflicto que ha cruzado la relación entre ciudadanía y sistema político. Están en juego dos maneras de pensar y de entender la representación: una, en gran parte marcada por una impronta de populismo, en la que la representación estaba más pensada como una identificación con el Poder Ejecutivo, en la que no había grandes mediaciones entre el electorado y el Ejecutivo, sino una forma de comunicación directa. Y otra en la que la ciudadanía demanda un tipo de representación y de democracia distinto, y hay una preocupación por la calidad institucional. Esta nueva manera de pensar la democracia está ligada al concepto de rendición de cuentas”. Así analiza el experto Enrique Peruzzotti el nuevo escenario local y global de la política, a la luz de la crisis del sistema de partidos. Peruzzotti es profesor de Teoría Política de la Torcuato Di Tella, y estuvo en Tucumán en las jornadas de Ciencias Políticas y Comunicación de la Unsta. Desde hace años viene reflexionando sobre la reformulación de la democracia y la irrupción en el escenario social de una ciudadanía a la que él define como “cada vez más sofisticada”.

-¿Hay una reformulación de la democracia?
- Antes se enfatizaba sobre todo en la delegación electoral y en la confianza en un líder. Y ahora se introduce un nivel de desconfianza que es bueno para la democracia. Es decir, yo delego, pero al mismo tiempo estoy preocupado por la existencia, o no, de mecanismos de fiscalización y de controles efectivos. Quiero tener cierta voz y cierta capacidad de monitoreo. Entonces, la capacidad de representación viene asociada con mayor protagonismo ciudadano, con una ciudadanía más sofisticada.

-¿Cómo hacer para que esos actores no aparezcan perturbando el cauce democrático?
- Es difícil, de hecho en Argentina hemos vivido algunos episodios que señalan cierta degeneración de este tipo de política. La representación democrática requiere un equilibrio entre una dosis de confianza y una dosis de desconfianza. A veces, si esas expresiones sienten que no son escuchadas, se puede convertir fácilmente en antipolítica.

- ¿Eso puede llevar a una reformulación de los viejos partidos tradicionales?
- Sí, justamente voy a participar en un debate en Italia. Mi sospecha no es que vayan a desaparecer los partidos, sino que estas instituciones que antes habían cumplido un papel central ahora tienen que compartir cartel con otros actores. La pregunta ahora, es cómo se van a articular distintos tipos de actores domésticos, ONGs, nuevos espacios entre sociedad y Estado, con figuras como los presupuestos participativos, o los Consejos de Salud y Educación, o la fuerte presencia de lo global y lo regional. Estos desarrollos hacen que el escenario político donde se ejerce la representación se haya vuelto más complejo, más fragmentado.

- Esta fragmentación ¿ha convulsionado los debates de la teoría política?
- A veces se habla de crisis de representación, en general, y creo que es similar a lo que pasó con la transición de un sistema de política de elites a una política de masas. Creo que estamos ante una transformación. No es que vaya a desaparecer el partido, pero va a dejar de cumplir funciones que en el pasado eran centrales. Por ejemplo, la función de identificación simbólica. Hoy, la gente tiende a identificarse más débilmente con los partidos políticos, y sus formas de participación e identificación política pasan por otro tipo de actores.

- ¿Cómo lee el fenómeno de Bolivia en este contexto?
- Me parece que es un caso muy interesante de democratización en América latina. La actual crisis política está hablando de un proceso de ampliación de la ciudadanía en el sentido clásico. Hay demandas de inclusión que implican un rediseño del mapa político boliviano. Es una crisis que está más ligada a las crisis de inclusión, que se han dado en otras décadas. La aparición de un actor que es mayoritario en Bolivia, y que demanda la inclusión plena en el sistema político. Otras crisis no necesariamente son crisis de inclusión de nuevos actores, sino de la manera de ver la representación.

- El caso de Estados Unidos, con un candidato negro, también muestra estas transformaciones en la representación...
-Así es. Y hay que sumarle la presencia de mujeres, de Hillary en la primaria y de Palin, acompañando a McCain. La candidatura de Obama generó cierto grado de movilización de un electorado que rara vez se moviliza.

- A veces, se buscan candidatos con mística. Pero la política debería ir por otro lado...
-Ese es el gran tema y se ve en la Argentina.Tengo la impresión de que la crisis de los partidos lleva necesariamente a cierta personalización de la política. Y la mística está más ligada a líderes con capacidad de presentarse en los medios. Es muy difícil construir nuevos partidos, sobre todo en momentos que la gente es escéptica. Por eso, hay que mantener y reforzar los partidos existentes. Pero tengo la sospecha de que hay que buscar otras formas de recrear vínculos de comunicación entre ciudadanía y política. No ha habido muchas innovaciones al respecto, pero Brasil ha promovido ciertos espacios de encuentro, instituciones participativas a nivel local, que han servido para recrear el vínculo representativo, para legitimar a las autoridades locales. Por ahí, sin descuidar a los partidos, tenemos que ver que otras formas para complementar y fortalecer este papel de los partidos.

Publicado en:
Link: