"El conflicto del agro ya dañó expectativas"
El economista <STRONG>Lucas Llach</STRONG> advierte que el largo conflicto agropecuario ya hizo "su daño" en las expectativas económicas, por lo cual estima para el resto del año un escenario de menor crecimiento en la actividad que, advirtió, no necesariamente limitará la inflación.
Llach, economista de la Universidad Torcuato Di Tella y autor, junto a Pablo Gerchunoff, de "El ciclo de la ilusión y el desencanto" y "Entre la equidad y el crecimiento", participó hace algunas semanas en Rosario del ciclo de conferencias organizado por el Instituto Argentino de Ejecutivos de Finanzas (Iaef).
Su disertación tuvo lugar cuando el proyecto oficial de retenciones móviles se debatía todavía en la Cámara de Diputados. De todos modos, su visión excede la coyuntura del prolongado pleito entre el gobierno y el campo, al que considera una manifestación más del que opina que es el problema más urgente, como es la escalada inflacionaria.
Este problema "va a estar más claramente sobre la mesa cuando se apacigüe el conflicto con el campo", aunque en su opinión, aún en el escenario más optimista, quedará una situación de confrontación latente.
"Hoy el aspecto más relevante de la discusión es político y creo que vamos a ver un importante cambio de escenario respecto de estos cinco años de gestión", subrayó. El joven economista imagina un escenario que se acerca a las elecciones con "dos condimentos: el problema de la inflación y la desaceleración, y una situación política menos monolítica que durante la presidencia de Néstor Kirchner".
"No tengo claro cómo esa mayor debilidad política y económica influirá sobre la política económica, sí me parece que en algún sentido u otro el gobierno va a tener que tomar algunas decisiones más difíciles en el año 2009 que las que tuvo que tomar hasta ahora", consideró.
Es que en su visión, la rebelión del sector agropecuario contra el aumento de las retenciones es "un llamado de atención sobre el grado de intervención oficial sobre los precios, por un lado el de los bienes que Argentina exporta pero también sobre otros precios que están en problemas, como el de los servicios públicos".
De allí que "el número que hay que mirar en estos meses es el de la inflación, hoy el 20 por ciento es un número que todos tenemos en la cabeza para empezar a conversar, y a partir de ahí el gobierno puede iniciar un plan de estabilización o potenciarla".
A su juicio, "cuanto más alta sea la inflación, más va a esperar la gente que sea un problema grave y más se va a retraer el consumo y la inversión, de modo que va a ser más grande la desaceleración", agregó.
En su opinión, el daño provocado por el conflicto agropecuario "ya está hecho" en materia de expectativas, que primero en el interior y luego en el país condicionará una evolución de la economía que reducirá su tasa de crecimiento a "un 6 por ciento anual en 2008 y a una tasa más baja en 2009".
"La relación entre desaceleración y baja de la inflación es bastante tenue, de hecho la Argentina vivió largos períodos de tiempo de crecimiento bajo e inflación alta, es una combinación posible que esperemos que no se de", advirtió.