Di Tella en los medios
Ámbito Financiero
14/12/7

"El desafío para Cristina es obtener u$s 10.000 M en 2008"

"Si uno va a tener que colocar u$s 10.000 millones, no lo va a poder hacer a un retorno atractivo porque a ese nivel no se coloca esa cantidad, se coloca menos". La advertencia es de <STRONG>Pablo Guidotti</STRONG>, a cargo de la Escuela de Gobierno de la <STRONG><FONT color=#ff0000>Universidad Di Tella</FONT></STRONG>. El economista, en una entrevista otorgada a este diario, agregó que "va a haber que hacer todo un trabajo para que la gente esté dispuesta a prestarle a 7% a la Argentina y no a 10%".

Periodista: ¿Cómo analiza la crisis en EE.UU.?

Pablo Guidotti: Es una crisis bancaria muy tradicional. En cierta medida, tomó bastante por sorpresa a mucha gente en los países desarrollados donde creían que los avances en materia de regulación prudencial y supervisión de los mercados de capitales ya habían hecho imposible que reaparecieran estas crisis de crédito tradicional. Ahora descubrimos que muchos de estos instrumentos nuevos estaban valuados a precios muy dudosos. Creo que esto va a generar, por bastante tiempo, análisis y cambios a nivel regulatorio en los países desarrollados.

P.: ¿Como cuáles?

P.G.: Uno de los cambios que vamos a ver es en las normas de capitales mínimos conocidas como Basilea II. En particular, aunque esta es una crisis tradicional porque afectó al sistema bancario, existe una importante diferencia por el hecho de que parte del problema está situado en vehículos especiales que generaban las hipotecas y se financiaban con papeles comerciales de corto plazo. Esto hace que la acción de los bancos centrales, en algunos casos, sea solamente indirecta.

P.: Los bancos centrales están empezando a vender sus dólares y posicionarse en otras monedas. ¿Fin para el dólar como moneda de reserva?

P.G.: No creo que este proceso vaya a ser muy grande. Hay que tener varias cosas en cuenta. En primer lugar, es interesante ver que los movimientos de tipos de cambio bilaterales entre monedas importantes son muy grandes, y no generan acciones por parte de los bancos centrales por tratar de evitarlas. Esto significa que en los países industriales, dado que en general están abiertos al comercio internacional, aceptan los movimientos de los tipos de cambio reales como parte de las reglas de juego que el sector privado incorpora en sus decisiones empresariales. Mientras que en países como los nuestros, cuando se mueve el tipo real de cambio aparecen todos los sectores pidiendo todo tipo de ayuda evitando que eso los afecte. Entonces, ahora, si bien estos cambios son muy grandes a nivel de monedas como el euro, el dólar, el yen, cada tanto aparecen estas preguntas de si la divisa norteamericana va a dejar de ser moneda de reserva. Creo que estas son consideraciones de coyuntura. Todavía el dólar es la divisa dominante en el mundo. Y el euro, a pesar de ser una moneda que se ha constituido como un potencial competidor del dólar, en especial ahora que se fortaleció, todavía es mucho más débil como unidad de cuenta. Creo que a la larga cualquier banco central que decida pasarse ahora a la divisa europea puede cometer un error grande al salir del dólar cuando éste se empieza a fortalecer.

P.: A la Argentina le viene bien este dólar débil...

P.G.: Al país ayudó. Ahora bien, cuando la gente habla del dólar alto, esto no es por la devaluación de 2002. Esta ya fue absorbida por la suba de precios. El dólar alto se debe precisamente a la devaluación del dólar con respecto a otras monedas. El país se está beneficiando del dólar alto por motivos externos y no domésticos.

P.: Usted señaló que el financiamiento del gobierno en 2009 era un tema para seguir de cerca. ¿Cambió la situación?

P.G.: El tema de financiamiento resume muchos aspectos de la agenda del gobierno porque es un test que se llama, en inglés, disciplina externa. El gobierno le tiene que demostrar al mercado por qué le tiene que prestar plata si la pide. Entonces, la Argentina, luego de su reestructuración, no tuvo disciplina externa porque básicamente no necesitó de fondos importantes, y se independizó de los organismos internacionales. Es decir, se mantuvo aislado del resto del mundo. Pero estas cosas son siempre transitorias porque el nivel de deuda del país es mayor que el que tenía en 2001. Eventualmente, su necesidad de financiamiento va a ir convergiendo a los niveles que presentaba en el pasado.Para 2009 la Argentina puede estar necesitando en el mercado unos u$s 10.000 millones. Para conseguir este dinero necesita tener un programa de venta muy bien ordenado. La segunda cosa es cuando uno mira el comportamiento de los «spreads» ( diferenciales de rendimiento); en esta última crisis internacional la Argentina y Venezuela son los países que más sufrieron. Durante esta crisis el spread del país subió 300 puntos básicos mientras que el de Brasil sólo lo hizo en 50. Entonces, el efecto de esto es que la tasa de interés sube. Si uno va a tener que colocar u$s 10.000 millones, no lo va a poder colocar a un retorno atractivo porque a ese retorno no se coloca esa cantidad, se coloca menos. Entonces va a haber que hacer todo un trabajo para que la gente esté dispuesta a prestarle a 7% a la Argentina y no a 10%. En resumen, en el futuro habrá que colocar más y a tasa más baja, lo que es un desafío importante. Si la tasa es alta, refleja que la cantidad que puede pedir prestada es menor, y hoy el país ofrece un conjunto de dudas que hace que los inversores requieran que la Argentina pague más.

P.: ¿Qué debe hacer el gobierno para lograr que los inversores presten más a menos tasa?

P.G.: Gran parte en su primer año es básicamente trabajar en bajar este spread. Lo mejor sería compararse con Brasil y tratar de converger al spread de este país lo más rápido posible. El desafío que tiene Cristina de Kirchner es hacer cambios importantes con el objetivo de que la Argentina pueda acudir a los mercados de capitales en forma más fluida a partir de 2009. En este sentido, creo que hay que preguntarse en qué medida todo un equipo que viene trabajando desde hace 4 años va a poder responder a una agenda que en el fondo requiere cambios.

P.: ¿Como cuáles?

P.G.: Un cambio importantede Cristina de Kirchner es que tiene que considerar que ya salió de lo peor de la crisis. Por eso era importante toda la discusión de la ley porque el país no puede seguir en emergencia económica continua. Eso ya es una especie de truchada para todo el mundo. Entonces, de alguna manera, parte de este cambio es empezar a mirar una agenda de más largo plazo. Debe enfrentar cuestiones más estructurales.

P.: Obviamente, la deuda aún en default está en esa lista...

P.G.: El Club de París es una cosa fundamental. La resolución de los bonistas que quedaron fuera del canje también. La Argentina hizo una propuesta unilateral y el que no la aceptó directamente lo borró de las estadísticas oficiales. Esto es completamente inaceptable bajo cualquier norma de comportamiento de cualquier gobierno.

P.: ¿Qué debe hacer el gobierno para controlar la suba de precios?

P.G.: La inflación es un tema de responsabilidad exclusiva del Banco Central. Acá no podemos tener un BCRA que se lava las manos o que dice que el gasto está demasiado alto. Si la entidad monetaria cree que no tiene los instrumentos como para hacer política monetaria, lo tiene que decir y los tiene que construir. Gran parte del problema es que el Central se siente atado a defender un tipo de cambio a pesar de que después lo niega. Hoy hay que recuperar lo que es la política monetaria.

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