Di Tella en los medios
iProfesional
5/12/7

La causas económicas del alto nivel de delitos

Los especialistas analizan la relación entre desocupación e inseguridad. Creen que las variables estuvieron "divorciadas" en los últimos años. Aseguran que el crimen está ligado más a la inequidad.

Desde el Laboratorio de Investigaciones sobre Crimen, Instituciones y Política (LICIP), economistas como Ernesto Schargrodsky (profesor de la Torcuato Di Tella) analizan "¿por qué, a pesar de la baja del desempleo, el problema de la inseguridad no cede en la Argentina?".

Cierto es que resulta extraño ver cómo los economistas debaten acerca del crimen, ya que dentro de este análisis, los delincuentes son seres racionales como los agentes económicos de los modelos clásicos.

Los ladrones, al entender de estos cientistas, miden costos y beneficios a la hora de cometer un delito: calculan los riesgos de ser arrestados o resultar heridos en un asalto, así como el "costo de oportunidad", lo cual estaría signado por el rédito que obtendrían en caso de emplearse en un trabajo formal.

En lo que respecta a este "costo de oportunidad" de delinquir, en la Argentina aumentó fuertemente con la caída del desempleo.

Mientras en el tercer trimestre de 2006, la desocupación bajó de 10,2% al 8,1%, la tasa de victimización que mide el LICIP se mantuvo "persistentemente elevada", por encima del 30 por ciento. Lo cual significa que en los últimos 12 meses, un tercio de los hogares del país sufrió algún tipo de delito.

Así es que estos economistas consideran que -en la Argentina- las variables desocupación e inseguridad se muestran "divorciadas" en los últimos años.

Desde el LICIP manejan tres hipótesis para explicar esta relación que se muestra –a priori- trunca.

La primera de ellas indica que el crimen se incrementa con el deterioro de las condiciones sociales, pero no disminuye con la misma magnitud, cuando la situación mejora.

Schargrodsky define esta situación de forma perfecta: "El tipo está ahí, ya se tatuó todo el cuerpo, aprendió a robar durante la crisis y ahora tiene mucho human capital acumulado, difícil que acepte un trabajo forma", asegura el economista según publica hoy el diario Clarín.

La segunda hipótesis indica que la inseguridad se relación con la distribución de los ingresos y no con el nivel de empleo.

Por último, la más frustrante de todas: considerar que los modelos económicos son poco útiles para comprender un fenómeno complejo como el de la inseguridad.

Lo que sí queda claro es que la los niveles de criminalidad subieron mucho con la fuerte crisis que se disparó en 2001, pero con la recuperación de los principales índices, la tasa de delitos tarda en bajar.

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